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sábado, 20 de abril de 2013

The Ghan: o cómo pasé 25 horas en un tren (Parte I).

Un buen día de septiembre en Sydney...
y mientras la primavera austral florecía, me enteré de que la essay week era en un par de semanas y no tenía plan. Estando en las antípodas, obviamente no me iba a quedar en casa haciendo trabajos. ¡Ahm! Para los nuevos, essay week es la semana que dan de vacaciones en las universidades del mundo anglosajón para que te pongas al día con las tareas de clase.

Mi primera opción por la relativa poca distancia y motivos familiares fue coger un vuelo a Honiara, capital de las Islas Salomón, que descubriera mi tatara-etc.-tatarabuelo Álvaro de Mendaña allá por el año 1568 mientras buscaba la Terra Australis Ignota que nunca encontró. 

Santa Cruz/ Nendo Island (Solomon Is.), where Álvaro de Mendaña died

Fue una verdadera lástima que solo el vuelo de ida y vuelta costara 600€. Así que tuve que buscar otra opción: explorar el Outback Australiano.

Parada hidráulica en Adelaida
Muy pronto aquella mañana cogí el primer avión con rumbo a Adelaida. En el mapa de Australia parece que está relativamente cerca, pero unos 1300 kilómetros separan a la capital de Australia Meridional de Sydney. Tenía unas 4-5 horas libres, así que me di una vuelta por el centro de la ciudad... parada hidráulica (soltar y reponer líquidos), comprar vituallas, hacer algo de turismo y  de vuelta a la estación de tren.

La ciudad de Adelaida vista desde el avión. Se puede apreciar el anillo de parques que rodea la milla cuadrada del centro histórico. 

Como podéis ver en la foto, Adelaida es una ciudad planificada y fue completamente diseñada por el Coronel William Light en 1837 (año en el que se fundó la colonia de Australia Meridional). Sin embargo, y a pesar de ser una ciudad planificada, Adelaida brilla con una luz propia y no es una ciudad fría, incoherente y -de algún modo- demasiado racionalizada como... digamos... Canberra.


Chinatown y la catedral católica de San Francisco Javier

El Ayuntamiento

Mi compañero de viaje Marcelino colgando de un árbol en Victoria Square

¿Y qué es eso del Ghan?
A eso voy. Si eres un amante de los trenes, seguramente hayas oído hablar del Ghan. Es una línea férrea comparable en lujo al Blue Train de Sudáfrica, al ya extinto Orient Express o al también australiano Indian Pacific.

El plan original era conectar la costa norte y sur de Australia y crear una línea fácil de suministros para Alice Springs -esa estación de telégrafos y posterior ciudad- en el centro del continente australiano. Adelaida se conectó con Alice Springs en 1929 (pero incluso en aquella época, los últimos kilómetros se hacían en caravanas de camellos afganos). La conexión hasta Darwin tuvo que esperar hasta el año 2001.

El nombre The Ghan proviene del mote que le pusieron los locales: The Afghan Express (El Express Afgano). Cientos de afganos, acostumbrados a la vida del desierto fueron contratados para la construcción del ferrocarril. Mientras se iban completando las obras, ellos hacían también el traslado de pasajeros y bienes en sus caravanas de camellos... que cuando ya no fueron necesitados, los abandonaron a su suerte en el desierto australiano. Eso explica la cantidad de camellos salvajes en el interior del continente.

El tren en sí mismo es impresionante. Es imposible virtualmente imposible ver el sinnúmero de vagones si no es desde una distancia considerable. Para viajar puedes alquilar un vagón entero para ti... o puedes viajar en la Clase Platino (un camarote en-suite con servicio de habitaciones y que ocupa medio vagón). Si no andas bien de efectivo, la Clase Oro no está mal si no te importa compartir compartimento con otras dos personas. En mi caso... yo viajé en la Clase Canguro Rojo. Y no, eso no era un chiste.

Mi vagón en el amanecer del segundo día

¡Que empiece el viaje...! (continuará)

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